Lun 10 de Abr del 2017
La madera para levantar edificios de viviendas busca un recoveco por el que colarse en España. El país, imbuido durante décadas en la cultura del hormigón, mira hacia los países del norte y centro de Europa, donde existe sobrada experiencia en el uso de este recurso natural como sistema constructivo
España hace bien en recorrer este nuevo camino, ya que la directiva europea que obliga a todos los edificios a tener un consumo de energía casi nulo en apenas tres años (a los públicos les toca en 2018) "pondrá al descubierto la enorme ventaja de las estructuras y cerramientos con madera", Este material es capaz de reducir ese 40% de emisiones que acarrea el sector de la construcción y permite inmuebles sin límite de alturas.
Así lo han entendido algunas Administraciones Públicas, como el Gobierno Vasco y el Ayuntamiento de Barcelona, y unos pocos promotores privados. En Hondarribia (Gipuzkoa) se ultima el edificio de mayor envergadura hecho de madera en todo el suroeste de Europa. La empresa vasca Egoin construye, junto con el estudio de arquitectura TYM Asociados y la constructora Moyua, una promoción de 65 viviendas protegidas formada por dos bloques de cuatro alturas, que suma 8.379 metros cuadrados sobre rasante.
Promovido por la sociedad pública Visesa, en el proyecto se han empleado 2.200 metros cúbicos de paneles contralaminados de pino Radiata extraídos de los bosques del País Vasco, es decir unos 180 camiones de troncos. Los tableros contralaminados de madera (CLT), un sistema en auge en todo el mundo, han llegado listos de fábrica. "Cada panel lleva un código que lo identifica, así, una vez llegan a obra, lo único que hay que hacer es colocarlos y fijarlos según los planos de montaje".
Ventajas de esta forma de construir:
La primera es que se reducen los plazos de la obra entre un 50% y un 80%. En el caso concreto de Hondarribia, llevará 12 meses de trabajo, cuando una promoción tradicional tardaría unos 24 meses. Además, se minimiza el gasto económico en grúas, andamios, permisos, personal y vigilancia. Y, "al emplearse componentes prefabricados y ejecutar la obra en seco se elimina el ruido y el polvo y se reducen los errores de ejecución". Por otro lado, el gasto energético en calefacción y climatización disminuye —en Hondarribia los pisos tienen la máxima calificación energética, la A, y consumen un 75% menos de energía. Además, el 90% de los materiales usados pueden ser reciclables.
"El futuro de la construcción pasa por la transformación de una manera de trabajar in situ y llena de incertidumbres a un proceso industrializado, certificado y controlado. Además, la madera está tomando cada vez más protagonismo debido al desarrollo tecnológico vivido en las últimas décadas".
Como desventaja:
Hay que decir que de momento el coste no es uno de los puntos fuertes. Construir con madera es más caro que hacerlo con hormigón: entre el 15% y un 20%. "Aunque se amortiza en pocos años por la rapidez de montaje y el ahorro energético", dice Pau Benach, arquitecto de un edificio protegido con estructura de madera hecho en el barrio de Sants (Barcelona). Al final, lo que se gasta de más por un lado, se ahorra por otro.
El peso del edificio es la cuarta parte que uno hecho en hormigón, lo que supone un ahorro considerable en cimentación y convierte a la madera en el material idóneo para la rehabilitación de inmuebles en los centros históricos.
España está a años luz de otros países. En Francia hay bloques de hasta 17 plantas y en Canadá el edificio más alto tiene 18 plantas. Pero el sector está convencido de que la madera va a desempeñar un papel protagonista en el futuro de la construcción. "Está creciendo en todo el mundo y acabará implantándose en España".