Vie 07 de Oct del 2016
Inversores nacionales e internacionales buscan refugio en el sector, que ofrece una atractiva rentabilidad
El dinero está volviendo a buscar refugio y rentabilidad en el ladrillo. Este activo, que tantas ganancias reportó a principios de siglo y que, poco después, tantos problemas generó, vuelve a ser una de las principales opciones de los inversores en España. La fuerte inestabilidad que se ha instalado en los mercado bursátiles; la ausencia de una oferta de inversión atractiva por parte de la banca; y las muchas dudas que ofrece la recuperación económica mundial, están haciendo que muchosapuesten por la seguridad que ahora parece ofrecer el hasta hace poco denostado sector inmobiliaro español.
"En un momento económico marcado por la volatilidad de los mercados y los tipos de interés negativos, el sector inmobiliario, y en particular el residencial de lujo, se convierte en la elección más segura para el inversor", explican desde la consultora inmobiliaria Knight Frank.
Estos datos se corroboran con la evolución que los precios han experimentado en algunas de las principales zonas de Madrid y Barcelona. Según los datos de la tasadora Tinsa, desde el primer trimestre de 2015, que es cuando se considera que el sector tocó suelo, los precios en el centro de Madrid se han disparado más de un 10%, mientras que en el barrio de Salamanca el avance roza ese misma cifra y el metro cuadrado está ya en 3.500 euros. Más acentuado aún es el incremento en la capital de Cataluña y, en concreto, en el Ensanche barcelonés, zona en la que el encarecimiento roza el 20%: de los 2.717 euros el metro cuadrado a comienzos de 2015, a los 3.200 que superó a cierre del tercer trimestre de este año. Además, en la zona de Gracia el aumento supera el 15% y en Sarriá alcanza el 13%.
Esta situación es resultado de la recuperación económica del país, pero también de lo atractivo que el sector inmobiliario resulta para los inversores extranjeros. Según Knight Frank, latinoamericanos y europeos están siendo muy activos en sus compras ya que los precios aún están muy lejos de ciudades como París, Londres o Milán.
Esta buena imagen que el ladrillo español ofrece en el exterior se va a mantener en los próximos años. Así lo expone Deutsche Asset Management, que en un reciente informe reafirma su consejo de invertir en el sector inmobiliario de España. "Esperamos importantes beneficios (...), muy por encima de los que ofrecen otros mercados europeos", aseguran.
La única pega que tanto la gestora de Deutsche Bank como Knight Frank ponen es la inestabilidad política. De hecho, la consultora inmobiliaria no duda en asegurar que "no se puede obviar la situación de incertidumbre política que España viene viviendo desde hace 10 meses. (...) La actividad en el sector ha sido buena pero con una estabilidad en el Gobierno, el crecimiento sería exponencial".
Pero, en todo caso, este obstáculo no parece que vaya a pesar más que las atractivas rentabilidades que ofrece el sector. Según las previsiones de la consultora CBRE, adelantadas por Expansión, la inversión hasta el final de este año se dispararán en cerca de 3.000 millones, haciendo un total de entre 8.500 y 9.000 millones en el conjunto del ejercicio.
A todos estos datos, que evidencian la buena salud del ladrillo, hay que añadirle el fuerte aumento registrado en la compraventa de viviendas: un 15% en el segundo trimestre del año. En total, tal y como se recoge en los datos que el Ministerio de Fomento publicó a finales del pasado mes, se llevaron a cabo 123.159 transacciones, la cifra más alta que se registra en este periodo desde 2010. Este avance se suma al 20% de incremento que ya se registró durante los primeros tres meses del año, y hace que ya sean 20 los trimestres en los que se ha registrado un crecimiento de compraventas.
En cuanto a la concesión de hipotecas, julio dejó el primer dato negativo después de 25 meses. El parón, sin embargo, se produjo tras la decisión de los registros de la propiedad de suspender la inscripción de algunas hipotecas, en el marco de la sentencia del Tribunal Supremo acerca del carácter abusivo de algunas cláusulas sobre el tipo de interés de demora.