Lun 27 de Feb del 2017
La venta 'online' de mobiliario y decoración crece cada año, al igual que la venta de cualquier otro tipo de productos. De todas formas, algunos consumidores todavía desconfían antes de atreverse a dar el paso.
La imposibilidad de ver en persona aquello que vamos a comprar —de tocar con nuestras manos y palpar la madera para comprobar si es resistente o de sentarse en el sillón para asegurarnos de que es cómodo— se convierte para muchos posibles clientes en un obstáculo insalvable.
Pero aún así, y a pesar de ello, la oferta de muebles online es cada vez más abrumadora. El objetivo, ahora, no es solo vender, sino también asesorar e inspirar al cliente. E incluso gigantes que parecían resistirse, han terminado por ceder. Uno de los más destacados y llamativos es el caso de Ikea. No en vano, el sector de la venta de muebles y decoración por Internet manejaba en el segundo trimestre de 2016 (últimos datos disponibles) un volumen de negocio de casi 26 millones de euros, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC); las tiendas online acumularon un total de 176.275 transacciones, un 34% más que en el mismo periodo del año anterior.
La compra media de este tipo de productos por Internet es de 120 euros, según un estudio de Flat 101, una cantidad elevada que obliga a analizar bien cada detalle. ¿Qué debemos tener en cuenta en ese proceso de reflexión? Además de las precauciones habituales para cualquier compra en Internet —busca un vendedor fiable, compara precios, no actúes por impulso—, hay tres trucos que pueden ayudarnos a comprar muebles online y evitar no arrepentirnos cuando lleguen a casa.
LAS CLAVES MÁS IMPORTANTES:
LA DESCRIPCIÓN DEL PRODUCTO.-
Leer con calma la descripción del producto es fundamental en todas las compras online, pero en el caso de los muebles puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. ¿Esa lámpara que quieres incluye el cable y el embellecedor? ¿Las cortinas se venden a pares o solo un panel? ¿La chaise longue del sofá va a la izquierda o a la derecha? ¿Y la alfombra se puede lavar a máquina o hay que llevarla a la tintorería? El camino está lleno de pequeñas trampas, por lo que investigar y hacer una búsqueda previa sobre las características clave de cada pieza que queremos comprar nos puede ahorrar unos cuantos disgustos.
La disponibilidad y el stock es también un dato que debemos mirar con lupa. No solo para hacernos una idea realista de cuándo tendremos nuestra compra en casa , sino también por motivos de seguridad.
Lo más importante es elegir una buena tienda de confianza. Es un sector con mucha competencia y cada día surgen muchas tiendas fantasma en todos los sectores (en este también), que no indican ni medidas de los productos ni la disponibilidad.
CUANTAS MÁS FOTOS HAYA MUCHO MEJOR.
El color, la forma, el acabado… son características que tendremos que analizar a través de una pantalla.Las fotos son el escaparate de las tiendas online, por lo que es importante que tengamos varias imágenes del producto que queremos comprar, preferiblemente generales, de detalle y alguna con elementos alrededor que sirvan de referencia para comprobar las dimensiones.
HAY QUE MEDIR PERFECTAMENTE: AL MILÍMETRO.
Aunque eso hay que hacerlo igualmente cuando hacemos una visita a una tienda de muebles, aquí aún es más importante si cabe. No basta con calcular a ojo si esa cama que está tan bien de precio entrará bien en el dormitorio. En todos estos casos hay que sacar la cinta métrica. Además de las medidas obvias —altura, anchura y profundidad—, también hay que calcular, por ejemplo, la distancia que quedará entre el resto de muebles que tenemos. Un truco para no equivocarse es marcar las dimensiones del mueble con cinta de pintor en el suelo: nos dará una idea exacta de lo que debemos esperar una vez que llegue a casa.
Otra de las cosas a tener en cuenta y de la que muchas veces nos olvidamos es del recorrido que tendrá que hacer antes de llegar a su destino final: puertas, ascensores, huecos de escaleras, portales, pasillos... La mayoría de las tiendas y de las agencias de transporte no se responsabilizan si la entrega del pedido resulta imposible porque el paquete ni siquiera entra por la puerta. Y los casos en los que hay que buscar una grúa, por inverosímiles que parezcan, ocurren.