Los pisos sociales de los bancos suspenden en eficiencia energética INTERÉS GENERAL


Jue 02 de Mar del 2017

Viviendas con bajas prestaciones energéticas y que necesitan una adecuación urgente. Así son algunas de las casas cedidas por los bancos y las administraciones a entidades sociales en las que temporalmente se alojan familias con riesgo de exclusión. Forman parte además del 11% de los hogares que, según la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), reconoce sufrir pobreza energética.


Para dar una mayor visibilidad a esta problemática, y siguiendo el soporte teórico aportado por la ACA, la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), la Fundación Vía Célere, el Grupo Saint-Gobain y la Fundación Tengo Hogar han puesto en marcha una iniciativa que ha permitido verificar el estado en el que se encuentran este tipo de viviendas.

Se trata, no obstante, de un proyecto que va más allá. "También plantea el objetivo de formar a los usuarios para que sean capaces de mejorar la calidad del ambiente interior de sus hogares, reducir al máximo sus consumos y abaratar así el importe de las facturas de suministros energéticos", señala el profesor de la UPM Justo García, coordinador y principal promotor de esta iniciativa.

La Fundación Tengo Hogar, que nace en 2013 con el objetivo de ayudar a las familias que como consecuencia de la crisis económica perdieron su empleo y hogar, ha seleccionado 15 viviendas en donde se alojan 52 beneficiarios de la entidad. Casas que proceden del Ayuntamiento de Madrid y el Banco Santander y que se encuentran en los distritos de Villaverde, Usera, Carabanchel, Hortaleza, Moratalaz, Puente de Vallecas y Retiro.

Durante el primer semestre del curso, 25 alumnos del Máster en Eficiencia Energética, Edificación, Industria y Transporte de la UPM han auditado las características energéticas de cada una de estas viviendas. "Además, han presupuestado el coste de las reformas necesarias, la amortización y la mejora en la calificación del certificado energético", explica María de Lorenzo, de la Fundación Tengo Hogar.

 

Los resultados obtenidos evidencian la vulnerabilidad de estos hogares. Mientras que 10 viviendas tienen unas "prestaciones razonables y ofrecen a sus usuarios condiciones de vida dignas", asegura García, "las otras cinco están en mucho peor estado, necesitando dos de ellas una reforma urgente".

Intervenir en las casas en peores condiciones

Con todo, el objetivo final del proyecto es intervenir en aquellas casas en peores condiciones, para lo cual la Fundación está trabajando en cerrar su rehabilitación con el apoyo de las empresas colaboradoras en cuanto a medios técnicos y materiales, y la participación voluntaria de alumnos y profesores.

"Pero antes es necesaria la autorización y posible financiación de la propiedad, que en este caso es un banco", reconoce De Lorenzo. "También que se garantice que, tras la rehabilitación, las viviendas permanecerán un periodo significativo bajo la gestión de la Fundación Tengo Hogar", añade el profesor Justo García.

La Fundación Vía Célere, que ha colaborado en la fase de diseño del proyecto, impulsará los apoyos necesarios para llevar a cabo las intervenciones de adecuación de las casas. "Queremos que esta metodología participativa y experiencia piloto pueda ser replicable y escalable", apunta su director Carlos Valdés.

Por su parte, y en caso de implementarse algunas de las medidas relacionadas con su actividad (ventanas, aislamientos, placas de yeso laminado o morteros), Saint-Gobain, que ha participado en la formación de los alumnos del Máster, "facilitará que dichas medidas no supongan un coste a los usuarios", cuenta Nicolás Bermejo, responsable del Departamento Técnico de esta compañía.

"Proyectos de este tipo con la unión de diferentes agentes es clave para conocer a fondo el fenómeno de la pobreza energética y las soluciones que, tanto a nivel estatal como directamente en terreno, pueden llevarse a cabo", concluye José Luis López, de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA).

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